Tras el paréntesis del año anterior 2018 por motivos profesionales, este año volvía con ganas renovadas a la Artic Pirineos 2019. En esta edición la localidad que haría de centro de operaciones era Benasque, lo que prometía diversión, curvas y paisajes increíbles aderezados por las pruebas siempre sorprendentes del equipo Artic. Así que con toda la ilusión encima, parto el viernes por la tarde dirección Benasque con un calor abrasador que poco a poco se fue calmando a medida que nos acercábamos a los Pirineos. Después de la recogida del material, dorsales y las verificaciones correspondientes, me esperaba el hotel San Antón en donde, además de un alojamiento perfecto, pude disfrutar el viernes por la noche de una cena realmente increíble.
Después de una noche reparadora, el correspondiente madrugón y un desayuno excelente en el mencionado hotel, me dirijo a la zona de salida situada en el parking del hotel Sommos Benasque donde tenía previsto comenzar la jornada a las 8:16.
Primer destino: Barbaruens
Vamos tomando la salida en grupos de 5 motos y mi primer destino me lleva hasta el pueblo de Barbaruens. Para llegar hasta él salimos de Benasque por la A-139 dirección sur y en la población de Seira tomamos el desvío por la HU-V-6411 y es aquí donde la carretera se pone realmente interesante, por su estrechez, el asfalto algo roto, curvas, paisaje y soledad.