viernes, 24 de julio de 2015

Camino del Norte (V)

Comenzamos la última jornada de nuestro viaje por el norte de España. Nos levantamos no muy temprano y tomamos un buen desayuno en el restaurante Resinera: tostadas con tomate y aceite, bizcocho casero y unos buenos tazones de café con leche. Con esto ya tenemos energías suficientes para afrontar unos buenos kilómetros encima de la moto.

Salimos de Aranda de Duero por la N-122, entre viñedos coronados por rosales, no como adorno, sino para detectar las plagas que atacan a la vid y que se manifiestan primero en el rosal. Los viñedos son inmensos y se pierden en la lejanía como si fueran mares verdes cargados de uvas.

La N-122 nos lleva a pasar por la Vid, Langa de Duero, Soto de San Esteban y San Esteban de Gormaz. Hasta aquí el río Duero ha sido nuestro fiel compañero siempre al borde de la carretera, pero desde este punto mientras nosotros nos desviamos a la izquierda, el río toma rumbo a la derecha hacia su nacimiento en los picos de Urbión allá en tierras sorianas.

Continuamos viaje hasta llegar a El Burgo de Osma, donde realizamos la primera parada del día para contemplar una de las ciudades más recoletas de Castilla con gran cantidad de encantos escondidos entre sus calles y plazas. Visitamos la plaza Mayor, donde estacionamos las motos y contemplamos el magnífico ayuntamiento de la villa y el antiguo hospital de San Agustín, lugar de reposo de peregrinos y enfermos. Pasear por su calle Mayor rodeada de soportales de madera transporta al viandante a otros tiempos y otras costumbres. Siguiendo este paseo llegamos a la catedral de la Asunción que desde su imponente edificio proclama su importancia y la de la villa en que se enclava. Y como no sólo de arte se alimenta el cuerpo, tomamos el refrigerio correspondiente que ya nos hemos ganado a estas horas.

Traseras de la Catedral

Torre de la Catedral

Calle Mayor con soportales

Catedral de la Asunción

Plaza Mayor

Vista calle Mayor

Antiguo hospital de San Agustín

Plaza Mayor y Ayuntamiento
Fachada del hospital

Aquí en el Burgo dejamos la que hasta ahora ha sido nuestra guía, la N-122 y tomamos la más modesta CL-116, que nos lleva a Lodares de Osma y Hortezuela. Volvemos a reencontrarnos con el río Duero brevemente, que nos acompaña hasta dejarnos en Almazán. Seguimos por la CL-116 notando ya en el aire el olor al hogar, pues Aragón se divisa ya en lotananza. Más concretamente nos aproximamos a Monteagudo de las Vicarías, último pueblo castellano antes de entrar en tierras aragonesas. Ahora la CL-116 se convierte en la A-116 y, por fortuna, el cambio de denominación no se traduce en un cambio en las condiciones del asfalto, que siguen siendo buenas.

Embalse de la Tranquera
Llegamos de esta forma a la A-2, que utilizaremos durante unos cuantos kilómetros hasta el desvío de Alhama de Aragón, desde donde por la A-2502 nos lleva a Nuévalos cruzando el embalse de la Tranquera. Aquí toca una parada para tomar algo. La oferta es amplia, pues el cercano Monasterio de Piedra atrae un turismo permanente que llena la carretera de restaurantes y tiendas de recuerdos. Es pronto, así que tomamos un refrigerio tranquilos y con el restaurante casi vacío. Eso nos trae la consecuencia de un servicio rápido y atento.

Saliendo de Alhama de Aragón

Alhama al fondo


Saliendo de Nuévalos

Continuamos nuestro trayecto por carreteras cada vez más familiares. De Nuévalos salimos por la A-202 para tomar inmediatamente la A-2506, carretera que hasta Monterde y Abanto presenta algunas curvas pero que una vez pasado Cubel se convierte en una recta interminable con un firme en bastante mal estado. Además el calor empieza ya a apretar con ganas. 

Joaquín

Entre el típico paisaje turolense de extensas llanuras y poca vegetación llegamos a la Laguna de Gallocanta que podemos contemplar desde la carretera. Prácticamente la bordeamos, tomando la A-1507 en el pueblo de Bello, para pasar por Tornos y finalmente llegar a Calamocha donde paramos a comer en el restaurante Mariano, famoso por su espectacular cesta de navidad y por su cocina tradicional aragonesa. Coincidimos en el comedor con Manolo el del Bombo, todo un icono del fútbol español

Abanto
Cubel
Centro Interpretación de Gallocanta


Llegando a Calamocha

Compañeros en Calamocha

Ya sólo nos queda finalizar nuestro viaje hasta Alcañiz. El sol cae a plomo a esta hora de la tarde. De Calamocha salimos por la A-1508, en dirección a Navarrete del Río y Barranchina. Esta carrtera resulta muy entretenida y para mi es completamente nueva. Después de atravesar Torrecilla del Rebollar y Villanueva del Rebollar, salimos a la N-211 en Vivel del Río. Ya no la abandonaremos hasta el final de nuestro viaje en Alcañiz. Sólo una breve parada en la fuente de la Raposa para hidratarnos rompe la última tirada que nos dejará en casa.

Fuente de la Raposa en la N-211

Una vez más han sido 5 días fantásticos de moto, paisajes, carreteras, conversación, risas,... con la inestimable compañía de Joaquín, con quien es un placer compartir estos momentos.

 ¡Y que sean muchos más! 

Dejo un vídeo con las interminables rectas entre Cubel y Bello: 



jueves, 23 de julio de 2015

Camino del Norte (IV)

Nos levantamos después de un sueño reparador y dispuestos a afrontar nuestro cuarto día de viaje, esta vez ya totalmente metidos en tierras castellanas y con la intención de seguir parte del camino de Santiago francés a la inversa. Y, ¿qué mejor forma de empezar el día que con el espectacular desayuno con café y tostadas con mermelada casera que nos ofrecen en Casa Candana? Pues a las motos que hoy el día se presenta prometedor, no llueve y luce un sol que ya echábamos de menos.

Las motos bien recogidas por la noche
Última vista de Casa Candana
Iniciamos la marcha con un espléndido sol que ya echábamos de menos. Por una tranquila carretera LE-321 nos vamos acercando hasta León siguiendo el río Curueño, que queda patente en los nombres de todas las poblaciones que atravesamos: La Mata de Curueño, Santa Colomba de Curueño, Gallegos de Curueño, Barrillos de Curueño y así hasta el Barrio de Nta Señora donde tomamos la CL-624 que nos lleva a Villarente. Poco a poco vamos distinguiendo la enorme nube de humo negro provocada por el incendio de una planta de reciclaje de neumáticos, ocurrida hace ya varios días en Quintana del Castillo. Resulta impresionante verla a tantos kilómetros de distancia. 

Es aquí, en Villarente, donde tomamos el Camino de Satiago a la inversa, y pronto podemos ver ingentes cantidades de peregrinos que circulan por los caminos aledaños a la carretera. Estamos ya en la N-601 que nos lleva a Mansilla de las Mulas, Valdearcos y Santa Martas. Pronto abandonamos esta carretera por la N-121 que nos lleva a Sahagún y Carrión de los Condes, donde hacemos la primera parada del día. Buscando un lugar cómodo para aparcar las motos, nos encontramos de pronto en medio del mercado semanal, entre tenderetes y señoras comprando, que a pesar de nuestro atrevimiento no nos increpan demasiado. Conseguimos salir airosos y para a hacernos unas fotos y tomar un refrigerio.

Iglesia de Sta María del Camino

Detalle del pórtico

Vista del acceso
Moto y arte

Interior de la Iglesia
A la salida de Carrión de los Condes tomamos la P-980 que nos conduce hasta Frómista, otra de las insignes poblaciones del Camino de Santiago. Dadas las horas que son, la afluencia de peregrinos en los márgenes de la carretera comienza a descender, aunque todavía se ven desperdigados por la campiña castellana. Al poco de salir de Frómista tomamos un desvío a la izquierda por la P-432 que nos lleva a Mota de los Judíos y Castrojeriz. Estas carreteras comienzan a estar mal de firme y con mala señalización, lo que nos obliga a parar en algún cruce para comprobar que llevamos la dirección correcta. Y las carreteras siguen empeorando aún más cuando atravesamos Pampliega, Sta María del Campo, Mahamud y hasta llegar a Villahoz, donde nos incorporamos a la N-622. En Tordomar la abandonamos para tomar dirección sur atravesando Paúles del Agua, Villafruela, Torresandino y en Olmedillo de Roa desviarnos por la CL-619 en una carretera más transitable y casi paralelos ya al río Duero que nos dejará después de pasar por La Horra y Ventosilla en nuestro destino: Aranda de Duero.

Vista del Duero desde el puente de Piedra

Una cerveza a las puertas de la iglesia de Sta Maria

Detalle de la portada de la iglesia de Sta María

Curiosa casa arandina




















Iglesia de San Juan Bautista

Homenaje al Gral. Antonio Gutierrez de Otero 
A la bella ciudad de Aranda de Duero llegamos poco después de la hora de la comida. Lo primero era guardar las motos, bajar el equipaje y darnos una ducha. Pero dada la hora que era y el hambre que teníamos, pospusimos todas estas tareas para después de degustar unas fantásticas raciones en el restaurante Resinera.

Una vez repuestas las fuerzas nos preparamos para pasar una turística tarde por Aranda, donde perdimos la oportunidad de visitar sus bodegas subterráneas por llegar tarde por escasos minutos. Queda pendiente para una próxima visita. Aún así, disfrutamos de su casco antiguo, sus calles e iglesias y el bullicio de su gente en una agradable tarde de verano.
Vista del Duero

Puente romano

miércoles, 22 de julio de 2015

Camino del Norte (III)

Tercer día de periplo y nos levantamos en Viveda ya con el día gris y la amenaza de lluvia sobre nuestras cabezas. Sobre el mapa hoy toca una de las jornadas más bonitas en conjunto de toda la ruta. Recorrer el norte de España en moto siempre resulta placentero. Los trajes de agua apenas se han secado, pero hay que ponérselos ya para volver a mojarlos otra vez. Desayuno potente y a la carretera.

El primer tramo de la etapa es realmente bonito. Por los pueblos que atravesamos y por el mar que permanece constantemente a nuestra derecha. Pasamos por Santillana del Mar, pueblo que merece la pena visitar, Cóbreces, Liandres, Comillas y así hasta llegar a San Vicente de la Barquera, todos ellos en la carretera CA-131. En San Vicente cogemos la N-634 que sale del pueblo con una espectacular subida y seguimos por ella hasta Unquera, en donde cambiamos de nacional y pasamos a la N-621 que nos conduce a Panes. El tráfico no es muy denso, y es que la A-8 absorbe de manera eficiente la gran cantidad de vehículos que pasan diariamente por esta zona de España. 

A partir de aquí volvemos a disfrutar de la conducción, al menos todo lo que el mal tiempo que llevamos nos permite. Transitamos por la AS-114 que hemos tomado en Panes. La carretera se ciñe fielmente al mítico río Cares y el paisaje es espectacular. Atravesamos Trescares, Poo de Cabrales, Carreña de Cabrales, Ortiguero, Avín, Benia de Onís, Corao,... todas ellas pequeñas aldeas con el encanto propio de la tierra asturiana. Teníamos pensado ir al mirador del Fito, pero dada la niebla y lluvia que se intuyen y que no dejarán que veamos nada, en Soto de Cangas cambiamos de planes y decidimos subir a Covadonga. Hacemos el recorrido acompañados por tres motoristas portugueses, uno de los cuales resulta ser una chica, cuestión que descubrimos al llegar al santuario y quitarnos los cascos. Paseo por la zona, fotos de rigor y vuelta a la moto, que aún quedan muchos kilómetros por delante.


Covadonga

Santuario al fondo




Con las motos es fácil aparcar





La misma AS-114 nos deposita mansamente en la archifamosa y demasiado turística Cangas de Onís. No paramos mucho, pues el tiempo y la lluvia no dan tregua. Pasamos por el famoso puente de Cangas pero sin foto. A partir de aquí por la N-625 primero y la N-634 después, atravesamos Arriondas, Infiesto y entre medias parada en el bar Sánchez para tomar algo caliente.


Bar Sánchez
En Infiesto nos desviamos por la AS-254 y de nuevo empieza lo bueno. Nos adentramos en una carretera donde el bosque que nos rodea es cada vez más espeso y su firme se hace cada vez más inestable. Además la niebla comienza a ser más densa, por lo que intuimos que a medida que vayamos subiendo la visibilidad será cada vez menor. Pasamos por Arenas de Beloncio, Peruyero, La Marea, Las Cuevas, Bueres, Orle y en Campo de Caso nos incorporamos a la AS-117 que nos conduce directamente al puerto de Tarna.



Aparte del mal tiempo que nos acompaña, la subida al puerto resulta lenta por lo bacheado y en mal estado que se encuentra el asfalto, lo que incluye zonas de gravilla que lo hacen peligroso. Nos tomamos la subida con calma, aunque la densa niebla nos impide disfrutar del hermoso paisaje que debe rodearnos. Dejamos a la derecha el pueblo de Tarna y al llegar a lo alto del puerto descubrimos un despliegue de Guardia Civil y coches de apoyo para una carrera ciclista que se desarrolla por los alrededores. Aunque seguimos el mismo trazado de la carrera, no encontramos la carretera cortada en ningún momento.


Inicio subida puerto de Tarna

Panorámica

Mal asfalto con gravilla suelta

Desvío a Tarna pueblo

Desvío a Cofiñal

Densa niebla en el alto de Tarna
Al atravesar el puerto el tiempo comienza a mejorar y llegamos a Cofiñal con un sol espléndido y cada vez menos nubes. Ya estamos en la LE-333 que nos lleva a Puebla de Lillo donde cambiamos a la LE-331 que nos hace bordear el embalse de Pomar. Pronto llegamos a Boñar donde la CL-626 nos conduce a la Vecilla y siguiendo el curso del río Curueño por la LE-321 llegamos a la Candana de Curueño, donde tenemos el alojamiento para esta noche. Se trata de Casa Candana, un local muy ecléptico, en palabras de su dueña, donde nos tratan fenomenal y dormimos de maravilla en la tranquilidad del entorno.



Casa Candana
Interior de la casa


Iglesia de la Candana de Curueño

Río Curueño
Aquí, en la Candana de Curueño, nos enteramos que este valle del río Curueño es muy famoso internacionalmente por la cría de gallos destinados a crear con sus plumas moscas para la pesca. Alrededor de esta práctica hay una curiosa industria a la que se dedica numerosa población de la zona. También son famosas sus rutas senderistas que permiten disfrutar de un paisaje inigualable de esta zona de la provincia de León.