lunes, 20 de julio de 2015

Camino del Norte (I)

Un año más y una nueva ruta de verano. Es emocionante coger la moto y saber que vas a pasar una semana entera pensando sólo en conducir y disfrutar de lo que vayamos viendo. Buscar carreteras solitarias y, a ser posible, llenas de curvas. Y parar a almolzar donde te pida el cuerpo.

Estupenda la mañana que nos recibe para tomar la N-232 en dirección a Híjar, donde una vez cruzado el pueblo nos desviamos a la izquierda en dirección Albalate del Arzobispo, población que como ninguna otra aúna en su nombre el pasado árabe y cristiano. Siguiendo por la A-223 llegamos a Lécera y de ahí al tristemente famoso Belchite, donde nos reciben las ruinas de lo que un día fue el pueblo original y la Guerra Civil quedó convertido en escombros. Llama la atención la torre de la iglesia todavía en pie y atravesada por balas de obuses.

Belchite Viejo y su iglesia destruida

Casa natal de Goya en Fuendetodos

Placa conmemorativa en la casa de Goya

Plaza Francisco de Goya

Fuendetodos

La A-220 nos permite pasar por la cuna de Francisco de Goya, Fuendetodos, pueblo volcado con la figura de su ilustre pintor. La misma carretera A-220 nos permite atravesar Villanueva de Huerva, Cariñena, Almonacid de la Sierra y la Almunia de Doña Godina, donde tomamos la A-121 pasando por Fuendejalón y por la A-1301pasamos Tabuenca, Tierga y finalmente llegamos a Illueca, con el impresionante castillo del Papa Luna, el cual no cobija el verdadero cráneo del santo por diversas dispustas entre pueblos, pero puede admirarse una réplica en la recepción de la hospedería en que el castillo-palacio se ha convertido en la actualidad.

A partir de aquí tomamos una penosa A-1503 con un firme infernal que aún empeora por las obras cuando se convierte en la SO-P-2017, que pasando por Ciria nos llevas hasta la N-234, carretera en muy buen estado y que se agradece enormemente después de circular durante muchos kilometros a menos de 60 km/h dando botes en el asiento continuamente. Esta carretera después de infinitas rectas que nunca se acaban nos deja en Soria, ciudad que bordeamos por la circunvalación SO-20 y dejamos pendiente de visitar para otra ocasión.

A partir de aqui iniciamos uno de los tramos más entretenidos y pintorescos de la jornada. Y es el que lleva de Soria a Logroño siguiendo la N-111. Primero pasamos por las inmediaciones de Garray, donde se encuentran las ruinas de la antigua Numancia. Seguimos para atravesar Almarza y La Póveda de Soria, donde un poco más adelante tomamos el desvío para pasar por el Puerto Lumbreras, mucho más entretenido y con unas vistas magníficas, que el túnel actual que lleva la N-111.

Lumbreras


















Al bajar del puerto el paisaje cambia completamente y nos adentramos en unos densos pinares donde el agua fluye por todas las pendientes. Estamos ya en el corazón del Parque Natural Sierra de Cebollera. Así bordearemos el embalse de Pajares y por la carretera encontraremos numerosas fuentes, nosotros paramos en la de los Eros.  
Fuente Los Eros



Fuente de San Miguel
Al llegar a Villanueva de Cameros pretendemos repostar, pues no hemos echado gasolina desde la salida y la reserva está a punto de saltar. Pero para nuestra sorpresa la gasolinera cierra de 14:00 a 16:00 horas, y son las 14:30 con lo que la espera es demasiado larga. Ademas el restaurante de al lado está cerrado. Decidimos seguir y parar en la próxima estación de servicio. Aquí en Villanueva, justo a la entrada del pueblo, nos desviamos por la LR-232 hacia Ortigosa de Cameros, para bordear el Lago González Lacasa, dedicado a diversas actividades naúticas con varios amarres y zonas de acampada y, después de dar un precioso rodeo y pasar por El Rasillo de Cameros y Nieva de Cameros, volvemos a incorporarnos a la N-111.

Ermita de los Nogales. Villanueva de Cameros

Iglesia de San Martín en Villanueva de Cameros

Preciosa vista de la N-111














A partir de aquí la carretera sigue fielmente el curso del río Iregua, ofreciéndonos imágenes de algunos cañones y desfiladeros realmnete preciosas. Aún pasamos Torrecilla en Cameros y Panzares, pueblos rodeados por unos macizos montañosos característicos de la región. A partir de Islallana la carretera pierde todo su encanto y volvemos a una civilización llena de tráfico intenso.

No disfrutamos mucho de esta última parte de la ruta, pues la reserva de nuestras motos ya hace rato que nos avisa y no hemos encontrado ninguna gasolinera desde la que estaba cerrada en Villanueva hace ya muchos kilómetros. Entramos en zona de polígonos industriales donde la esperanza de encontrar pronto combustible se convierte en obsesión. Finalmente a la altura de Lardero y entre el denso tráfico propio de la entrada a Logroño, encontramos una gasolinera en sentido contrario y no dudamos en desviarnos y respostar cuanto antes. En mi moto quedaba medio litro, en la de Joaquín poco más... No nos hemos quedado tirados por los pelos.

Ya mucho más relajados entramos en Logroño y buscamos nuestro alojamiento, dispuestos a pasar una tarde de tapas en la calle Laurel y aledaños, que bien nos las hemos ganado.

El Gral. Espartero en el Espolón

Catedral de Logroño

Desde ahora el Ebro nos acompañará

Puente de piedra

Visita obligada



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