Escocia 2019 (1ª parte)

Después de varios años dándole vueltas a la posibilidad de visitar Escocia en moto y haber descartado la idea una y otra vez por diversos motivos, este año nos decidimos a hacerlo y recorrer uno de los países más entretenidos y bellos para visitar de cualquier forma, pero desde luego, y a pesar de su clima, con la moto. 

Barajando diversas opciones de aproximación, finalmente decidimos llevar las motos en un carro hasta Naours, una pequeña localidad rural cercana a Amiens famosa por su ciudad subterránea habitada desde la prehistoria hasta por soldados de la Segunda Guerra Mundial. Atravesamos Francia en dos interminables jornadas de autovía, y para las que fue un acierto llevar el coche y no castigarnos con esas distancias sumamente aburridas en moto.



Llegados a Naours nos alojamos en el hotel Au Logis de L'Oie una antigua granja regentada por un matrimonio con mucho encanto y donde pudimos dejar el coche y el carro e iniciar nuestro periplo en moto. Del hotel comentar que se portaron de maravilla, resultó muy acogedor (hicimos dos noches en él, la de ida y la de vuelta) y como única pega el precio que nos cobraron por la cena, que fue de 25€, algo exagerado para lo que ofrecía. Aún así la anfitriona se portó muy bien y durante la cena nos contó las enormes secuelas que la Gran Guerra dejó en toda la zona.


Llegando a Naours
A la mañana siguiente, y con las motos ya preparadas de la noche anterior, salimos dirección a Dunquerque, ciudad francesa en la que debíamos tomar el ferry que nos llevaría hasta Dover. En total serían unas dos horas de viaje en su mayoría por la autovía A26 y A16. La mañana se levantó gris y amenazando lluvia, lo que se confirmó en las cercanías de Calais, en la que tuvimos que soportar una intensa lluvia hasta el embarque en el ferry. Una vez en el barco tuvimos tiempo de secarnos, descansar y comer, con la idea de adelantar todos los kilómetros que pudiéramos dirección norte, ya que en dos días debíamos cruzar toda Gran Bretaña hasta llegar a Glasgow, ciudad donde comenzaríamos a olvidarnos de kilómetros, autovías y prisas. Aquí comenzaría realmente nuestra vuelta a Escocia en moto.



Ferry Dunquerque-Dover
De los dos días de atravesar Gran Bretaña poco hay que contar. Atravesar Londres por la circunvalación exterior M25 fue una auténtica pesadilla por la enorme densidad de tráfico. La lluvia fue compañera constante durante largos ratos. La conducción por la izquierda no presentó mayores problemas y la noche la hicimos en un acogedor hotel muy cerca ya de Leeds. Al día siguiente salimos temprano hacia Glasgow a donde llegamos a muy buena hora, lo que nos permitió hacer una interesante visita turística a la zona universitaria y el museo de Kelvingrove.

Vista universidad de Glasgow
Museo de Kelvingrove





Universidad de Glasgow













Día 1º: Glasgow-Dundee.

Salimos de Glasgow con la idea de hacer más turismo que kilómetros, y es que llevábamos dos días de verdadera paliza encima de la moto. Decidimos no parar en Edimburgo, ya que se están celebrando los festivales de agosto y atravesar la ciudad o parar para dar un paseo es toda una aventura con tanta gente, tráfico y ajetreo. Así que decidimos visitar los lugares más tranquilos y entrañables de la Escocia más rural.

Nuestra primera parada es el castillo de Stirling, en la ciudad del mismo nombre. Subimos hasta el parking que se encuentra a las mismas puertas del castillo y sacamos las entradas (16 libras que merece la pena pagar) para hacer la visita correspondiente.

Castillo de Stirling

El castillo data del siglo XIV, aunque la mayor parte de sus edificios se construyeron entre los siglos XV y XVI. Este castillo ha jugado un importante papel en la historia de Escocia, no en vano fue en Stirling donde William Wallace venció por vez primera al ejército inglés. La visita resulta muy agradable y la recreación de los modos de vida de la época están muy conseguidos. Me llamó especialmente la atención la zona de cocinas donde se pueden apreciar hasta los más mínimos detalles de como debía trabajarse en estas dependencias y los productos utilizados. Los jardines son otro espectáculo por su exhuberancia y el mimo con que son cuidados.


Salón de recepciones

Jardines exteriores





Nos dirigimos después al monumento erigido a William Wallace que se encuentra a pocos kilómetros del castillo. Este monumento conmemora esa primera victoria de Wallace sobre el ejército inglés. Dejamos las motos en el parking de la zona de visitantes y aún debemos subir durante una media hora para alcanzar el monumento. Las vistas desde arriba son magníficas.

Monumento a William Wallace





















Desde Stirling salimos por la A91 para dirigirnos al segundo objetivo del día, que no es otro que visitar Saint Andrews y su famosa catedral derruida. Aunque lleva todo el día nublado y apenas hemos visto el sol, la lluvia nos respeta y hacemos el viaje con tranquilidad y sin sobresaltos.

Llegados a la ciudad encontramos aparcamiento justo al lado de la entrada de la catedral de Saint Andrews y nos disponemos a hacer la visita correspondiente. La catedral data del siglo XII y en su momento fue la catedral más grande de toda Escocia, dando idea de la enorme importancia de esta ciudad. Hoy solo quedan sus ruinas después de que diversos temporales e incendios acabaran con su estructura.


Catedral de Saint Andews





Castillo de Saint Andrews

















Después de una berve visita al castillo, también semiderruido, que se encuentra a orillas del mar, paseamos por el pueblo y entramos en un bar a reponer fuerzas en la plaza del pueblo.

Desde Saint Andrews hasta Dundee, nuestro destino final de hoy, hay pocos kilómetros, pero aún disfrutamos de la experiencia de atravesar el impresionante Tay Road Bridge.

Una vez en la ciudad nos dedicamos a buscar alojamiento para esa noche. Después de dar muchas vueltas mareados por las indicaciones del GPS, probamos suerte primero en el Traveloge de Dundee, pero no hay habitaciones disponibles. Nos acercamos a un hotel cercano, frente a la universidad, el Best Western Queens Hotel, que aunque no tiene parking cubierto para las motos, al menos si tiene un recinto cerrado y privado. Y habitaciones libres por un módico precio. La habitación luce una decoración antigua muy del estilo de los ingleses. Nos duchamos y salimos a cenar a un pub, donde hasta las 21:00 dan cena para después convertirse en local de copas y conciertos.

Día 2º: Dundee-Inverness.

Salimos de Dundee bordeando la costa por la A90 para encaminarnos al primer destino turístico del día, Aberdeen. Hasta aquí el trayecto es tranquilo y agradable y solo se complica con el tráfico y los agobios en las cercanías de la ciudad. Nos adentramos por su arteria principal Union Street hasta el centro de Aberdeen, donde dejamos las motos en un parking específico para ellas y nos disponemos a visitar la ciudad. La red metálica resulta muy útil para dejar cascos y chaquetas sobre las motos en estas visitas, lo que nos libera de ir cargados con todos los atuendos.

Entre los lugares que más me llamaron la atención en nuestra visita a Aberdeen están:

- Mercat Cross, con su singular cruz obra de John Montgomery acabada en un curioso unicornio.

- Union Street, eje principal de la ciudad y que separa la parte antigua de la nueva Aberdeen.

- Marischal College, donde se ubica la universidad de Aberdeen y que resulta ser el segundo edificio hecho con roca granítica más grande del mundo. Destaca su estatua ecuestre de Robert rey de Escocia.

- Golden Square, con la estatua del duque de Gordon.

Rey Robert de Escocia

Marischal College















Mercat Cross


Catedral

 











Partimos después de tomar un ligero tentempié en una cafetería enfrente del Marischal College dirección Inverness. Pero antes tomamos un ligero desvío para visitar el pueblo pesquero de Footdee. Es un entrañable conjunto de casitas que en su día pertenecieron a pescadores, pero hoy en día son el capricho de un grupo de residentes que cuidan y miman sus casas con todo lujo de detalles. El faro que alberga la localidad también es digno de admiración.

Faro de Fotdee


Típicas casas de pescadores en Fotdee

Partimos hacia Inverness por la A86 para desviarnos antes de llegar a la localidad por la A95 y dirigirnos hacia Fort Augustus, localidad que debe su fama y su turismo a encontrarse en la parte inferior del Lago Ness. Hacemos parada para las fotos de rigor, alguna compra de recuerdos de nuestro paso por la morada del mosntruo (al que por cierto no vimos) y tomarnos una merecida cerveza después de varias horas encima de la moto. 

Lago Ness al fondo


Puerto en Fort Augustus


Al salir del bar, la lluvia ha comenzado a arreciar con fuerza. Según la aplicación meteorológica del móvil las precipitaciones no durarán mucho, así que como las previsiones no son muy malas cogemos las motos sin ponernos los chubasqueros y nos disponemos a ir hasta Inverness por el otro lado del lago Ness, justo la carretera A82 que va pegada en todo su trayecto al lago ofreciendo imágenes impresionantes. Aunque la lluvia no permite mucho disfrute y llegamos a Inverness calados hasta los huesos.
Lago Ness en toda su extensión


Aparcamos las motos, nos secamos un poco y cambiamos las ropas más empapadas y nod disponemos a visitar la ciudad. Subimos hasta el castillo de Inverness donde podemos disfrutar de unas vistas magníficas de la ciudad y el río Ness. Paseamos por la ribera visitando la catedral dedicada a Saint Andrews y el museo de arte. Finalmente como el hambre empieza a apretar y en Escocia se cena temprano, buscamos un lugar donde poder saciar nuestro apetito. 

Castillo de Inverness




Catedral de Inverness










Cenamos en un típico pub escocés encima del escenario, con la premisa de que a las 21:00 tenemos que abandonar nuestro sitio pues comienza un concierto en directo justo donde ahora disfrutamos de nuestra cena. Nos amoldamos a las exigencias horarias y paladeamos una magnífica cena acompañada de una no menos magnífica cerveza escocesa. Ya solo queda llegar a nuestro hotel en la cercana población de Muir of Ord y descansar del intenso día.

Día 3º: Inverness-Altnacealgacht (próximo a Ullapool)

Hoy nos disponemos a afrontar un día muy especial. Nos levantamos pronto, cargamos el equipaje en las motos y partimos rumbo norte por la A9 con la idea de desayunar por el camino. Hoy toca realizar muchos kilómetros y alcanzar el punto más al norte al que se puede acceder motorizado: John O'Groats. Seguimos el tramo conocido como Ruta North Coast 500, que recorre los más emblemáticos parajes escoceses. La afluencia motera se deja notar por estos lares de una manera más patente que en otras latitudes.

Desayunamos en la localidad de Golspie, un estupendo desayuno continental a base de huevos fritos, judías blancas, pan tostado con mantequilla, bacon, zumo de naranja y café. La espera ha merecido la pena y ahora tenemos el hambre saciada por un buen trecho del día.

Continuamos dirección norte por la A9 con el mar del Norte siempre a nuestra derecha. El día está gris y frío, pero no amenaza lluvia. Repostamos en Wick y comenzamos el último tramo antes de alcanzar el mítico John O'Groats. Las carreteras se estrechan y el paisaje se convierte en tundra. Desaparecen los árboles y las montañas y todo es una inmensidad llana de hierba y musgo.

Finalmente alcanzamos el punto de peregrinaje obligado para moteros y campistas. El sitio no tiene más que mostrar que el magnetismo que emana de sus situación. Por lo demás, un poste lleno de pegatinas (por supuesto dejamos la nuestra), un puerto pesquero tradicional y pequeño y varias casas de vivos colores. Nos demoramos haciendo fotos, curioseando por los alrededores y respirando un aire puro y algo frío. Hemos tenido suerte con la lluvia, pues de momento no amenaza con hacer acto de presencia.





Lejos de cualquier sitio

Seña de identidad

Objetivo de John O'Groats conseguido

Continuamos viaje recorriendo el extremo norte de la isla, paralelos al mar. Pasamos por Thurso, única ciudad de cierta entidad en el norte de Escocia y comenzamos a disfrutar de las carreteras de un sentido con los famosos Pasing Place. Enseguida nos acostumbramos a utilizarlos y a ceder el paso o adelantar cuando nos lo permiten. Es cierto que con las motos son sumamente respetuosos y nos ceden el paso continuamente.

Las lagunas, lagos y entradas del mar en forma de ría se van sucediendo durante todo el trayecto. Y sigue sin llover. En las cercanías de Durness paramos para ver la playa Sango Bay, una preciosa playa de arena blanca y que en el mes de agosto se encuentra completamente desierta.

Mar del Norte


Playa Sango Bay


 













Continuamos rumbo oeste hasta la población de Durness, donde finaliza la carretera rumbo oeste para comenzar a tomar rumbo sur bordeando la costa escocesa por la A838. Nos detenemos en Unapool a tomar algo y decidir donde pernoctar esa noche. Nuestra idea es hacerlo en Ullapool, ciudad turística más importante de esta parte de Escocia, pero es imposible encontrar alojamiento libre. Finalmente encontramos un hotelito a la orilla del lago Borralan, en la localidad de Altnacealgach.

Lago Assynt

Castillo de Avdreck
Después de la breve parada, vamos hasta Ullapool para visitar la ciudad. Encontramos pronto aparcamiento para las motos en la calle del puerto y damos un paseo por sus lugares más pintorescos. La economía de esta población siempre ha estado unida a la pesca del arenque, aunque hoy en día el turismo ocupa un lugar fundamental. No en vano en su puerto comparten espacio barcas de pesca, yates y algún crucero que recala por estos lares. Cenamos y tomamos unas cervezas con la vista del mar al fondo. 


Puerto de Ullapool

Después de pasar la tarde por Ullapool, volvemos a coger las motos, ya que nuestro hotel se encuentra a una media hora desde aquí. Llegamos hasta Alt y nos encontramos con un precioso hotel rural apartado del mundanal ruido y con un lago frente a él donde el sol se pone poco a poco para despedir el día.


Lago Borralan
Otro día más para contar y donde la visita a John O'Groats dejará imágenes en nuestra retina que difícilmente olvidaremos.


Continua nuestro viaje en la 2ª Parte...

No hay comentarios:

Publicar un comentario