viernes, 12 de febrero de 2021

Serranía de Cuenca y Guadalajara

Adentrarse por estos parajes solitarios y maravillosos de las provincias de Cuenca y Guadalajara encima de la moto es uno de los pocos placeres que el fatídico año 2020 me ha permitido realizar y disfrutar a mis anchas. Con la tienda de campaña a cuestas y libre de horarios y metas, solo me he dedicado a conducir, observar, visitar y disfrutar.

Día 1

Saliendo por la N-420, el primer contacto con la soledad de los amplios páramos turolenses llega al desviarnos en Alfambra hacia Santa Eulalia, cruzando por la carretera TE-V-1008, donde es difícil cruzarse con ningún otro vehículo. A ambas orillas de la carretera pequeñas explotaciones ganaderas que a duras penas pueden llegar a ser rentables. Algún pastor con su rebaño mira sorprendido el paso de una moto por estos lares.

En Santa Eulalia volvemos a tener contacto con la civilización, a lo que contribuye el cruce de la autopista mudéjar A-23. Aunque dura poco el bullicio en cuanto ponemos dirección a Pozondón y Bronchales siguiendo la A-1511. 

La bonita localidad de Orihuela del Tremedal (tan bonita y pintoresca como su nombre) nos acoge para realizar la primera parada del día y reponer fuerzas en la terraza del bar El Gallo junto a su fuente. Un paseo por las calles permite comprobar que la afluencia de turistas, muy numerosa en otros años por esta época, está muy menguada. Aprovecho también para visitar el Centro de la reserva de caza de los Montes Urales, donde trabajan por hacer sostenible la conservación de tan preciados parajes con la actividad cinegética con su aportación económica vital para la zona.



Continuamos la marcha adentrándonos precisamente en los Montes Universales. Los paisajes que aparecen ante mi me dejan con la boca abierta. Inmensos pinos jalonan ambos lados de la carretera y los carteles de aviso de fauna salvaje se repiten a cada tramo. No es este sitio para correr con la moto. Basta desacelerar, observar y respirar el aire que nos envuelve.

Paso por Griegos y Guadalaviar, últimas poblaciones turolenses antes de entrar en la provincia de Cuenca. Tomo la CM-2106 para llegar a Tragacete donde reposto en la última gasolinera que veré a lo largo del día. Y me dirijo al siguiente destino: el nacimiento del río Cuervo. Aquí toca aparcar la moto y ponerse cómodo para dar un paseo por el entorno maravilloso en donde el río Cuervo comienza a tomar identidad.


Aprovecho la parada para comer en el parking y adentrarme en pequeñas carreteras y caminos rurales para llegar al camping las Majadas donde haré noche. Los pinos siguen siendo nuestros fieles compañeros, inundando ambos márgenes de la carretera. Pero poco a poco van apareciendo claros que van dejando paso a praderas y llanuras que me permiten ver el horizonte. Y tras varias vueltas y revueltas encontramos el cartel que nos indica la pista de tierra que me llevará al camping de Las Majadas.


El camping es coqueto aunque equipado con las instalaciones básicas. Dispone de una pequeña piscina, que no me apetece nada probar por el fresco que hace, y una cafetería-restaurante donde ceno un abundante plato combinado. Es tranquilo y placentero, aunque algún campista con mascota no sabe muy bien cuando su perro puede molestar a los demás. No deja de ser una anécdota, pero que puede resultar molesto, en mi caso mientras cenaba con el perrito a un palmo de mi mesa.


Después de un pequeño paseo por el camping y capturar la preciosa foto de la puesta de sol que acompaña la entrada, un rato de lectura y toca meterse al saco y dormir que mañana esperan kilómetros por delante.

Día 2

Segundo día de ruta y hoy sin muchas prisas toca deambular por la zona y visitar la Ciudad Encantada. Hace tiempo que tenía ganas de visitarla, así que nos dirigimos hacía allí después de comer pasando por el siempre espectacular Ventano del Diablo. A pesar de que el camping está ya dentro de los límites del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, es al adentrarnos hacia la Ciudad Encantada cuando empezamos a percibir todo el esplendor que atesoran estas tierras. Dejamos la moto en el parking y ataviados con gorra, mochila, provisiones y agua nos disponemos a iniciar la visita.

Me informan en taquilla que faltan solo 10 minutos para la próxima visita guiada, así que decido apuntarme (por tan solo 1€ más) y desde luego que mereció mucho la pena, tanto por la simpatía del guía como por todo lo que nos contó sobre este maravilloso y curioso paraje.






Después de varias horas por la zona vuelvo al camping para leer y descansar para el día siguiente donde tengo pensado recorrer una buena cantidad de kilómetros.

Día 3

Nuevo día y nueva ruta en moto. Salimos pronto de Las Majadas en dirección a Villalba de la Sierra para tomar dirección norte hacia Portilla. Sin dejar la dirección norte atravesamos Ribatajada y Cañamares donde paro a desayunar. Normalmente me gusta empezar el día encima de la moto y parar en el primer sitio que me apetezca a desayunar. Siempre intentando encontrar un lugar agradable y atrayente. Aunque esto tiene el peligro de que en ocasiones se me ha hecho media mañana sin probar bocado.

Continuamos la marcha en dirección a Priego y desde ahí a El Recuenco. Esta es la ruta que tenía prevista, pero en Alcantud veo un desvío hacia El Pozuelo y la carretera parece más interesante. Rápidamente comienzo a ganar altura con curvas cerradas de 180º. Es la carretera CUV-9201 que asciende hasta un alto en el que encuentro una torre de vigilancia contra incendios y, como es habitual en estos emplazamientos, una vista que abarca cientos de kilómetros cuadrados a la redonda. La decisión del desvío ha sido un acierto.

Volviendo a la CM-2015 llego hasta Zaorejas, considerada la capital del Alto Tajo, donde es imprescindible la visita al mirador del mismo nombre desde el que se puede contemplar el río Tajo encajonado entre escarpados barrancos. Son 2 kilómetros y medio de pista en buen estado. Y realmente las vistas que nos encontramos al llegar merecen el desvío.

Siguiendo por la CM-2015 atravesamos el puente de San Pedro sobre el río Tajo, otro de los lugares emblemáticos de esta ruta y en donde podemos descansar y refrescarnos en la playa fluvial que hay bajo sus pies. Normalmente hay mucha gente, pero hoy al ser día laborable solo un grupo de jóvenes disfrutan del entorno.

A partir de aquí la carretera empeora bastante. El firme es muy irregular y con mucha gravilla suelta. Como puntos positivos el tráfico es inexistente y los bosques de pinos a ambos lados, así como las vistas que nos deja ver alguna revuelta del camino, compensan con creces la incomodidad de transitar por esta vía. Mejora algo al tomar la GU-951 dirección Cobeta, al tratarse de un camino rural recién asfaltado.

Desde aquí poco más queda que contar, ya que salgo a la N-211 en Mazarete, para tomar el desvío a Layna y desde ahí directo a Medinacelli donde visito la ciudad antigua y me doy un homenaje final de etapa con un excelente menú en el restaurante de la Galería Arco Romano, en cuya pared exterior puede leerse un fragmento del poema Campos de Soria de Antonio Machado.

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