Ruta Cevennes (V)

Nos despertamos en Bagneres de Luchon con la triste noticia del atentado de Niza durante la celebración del día nacional de Francia. Un loco con un camión ha invadido el paseo marítimo de Niza donde se encontraban cientos de personas disfrutando de la fiesta y ha atropellado a cuantos se han puesto en su camino. Balance final 84 muertos y 202 heridos.

Portadas periódicos españoles

Bajamos a desayunar en compañía de los gatos que pululan por todos sitios. Tostadas, café y un comedor acogedor por cuyas ventanas se cuela un sol prometedor de un buen día de moto. El servicio es exquisito y todo el personal del hotel resulta muy amable y atento. Toca ponerse en marcha, así que a la tarea diaria con el equipaje, sacar las motos del jardín donde han pernoctado y carretera adelante con una bonita jornada de puertos que nos aguardan.

Salida de Luchon por la D618

Todos los puertos abiertos

Nada más salir iniciamos el ascenso

  
Iniciamos la marcha por la D618 para encadenar una serie de puertos que culminarán en el Col de Peyresourde (1563 mts) típico y habitual en el Tour de Francia. Atajamos por la D25 que nos lleva directamente a Genos, pasando por Arementeule y el lago de Genos-Loudenveille, rodeado de zonas de acampada y autocaravanas enclavado en una depresión rodeado de altas montañas. Desde aqui comenzamos el ascenso al siguiente y más espectacular puerto del día, el Col de Val Louron-Azet (1580 mts). La transformación del paisaje resulta muy llamativa en muy pocos kilómetros, pues pasamos de los densos bosques que en ocasiones producen un túnel en la carretera a la ausencia de todo tipo de vegetación al coronar el puerto. Hay que tener cuidado con el desvío que nos lleva al col de Azet, pues la carretera sugiere seguir hacia la Estación de esquí de Val Louron, como nos pasó a nosotros, pero allí no encontramos salida. Tocó dar media vuelta y retomar el camino.

Col de Peyrasoude

Armenteulle

Desvío hacia el Col de Azet

Col de Val Louron-Azet

Si la subida ha sido espectacular, la bajada no lo es menos y las vistas resultan deslumbrantes. Bajamos sin parar por algunos tramos con una pendiente considerable y con un cambio inverso en la vegetación, nuevamente vuelve a ser exuberante. El descenso se prolonga hasta el fondo del valle donde se encuentra la localidad de Saint Lary Soulan (que no debemos confundir con Saint Lary). 

Iniciamos el descenso

Azet

Curvas y más curvas, paraíso motero

Aquí desembocamos en la D929 que nos conducirá hacia España. Esta carretera está muy bien de firme y tiene curvas para aburrir, pero el tráfico es incesante en ambos sentidos. Atravesamos la localidad de Aragnouet para a continuación cruzar el túnel de Bielsa y entrar en España. Debido al atentado de Niza tenemos que pasar un control policial a la entrada del túnel. La ventaja de ir en moto es que podemos avanzar rápidamente y colocarnos a la cabeza de la fila de coches que se ha formado. Después de 10 minutos de espera estamos ya dentro del túnel para entrar de nuevo en España por la A-138.

D929 bordeando el río Nesta D'Aure

Entrada a Aragnouet

Mucho tráfico en la D929

Desvío hacia el túnel de bielsa

Interior del túnel de Bielsa

En suelo español camino de Parzán

Avanzamos a buen ritmo pasando por Parzán, Bielsa, Lafortunada para desembocar finalmente en Ainsa. En estas carreteras de sobra conocidas avanzamos a muy buen ritmo y comenzamos a sentir poco a poco como sube la temperatura, hasta el extremo de parar a despojarnos de algo de ropa. No paramos en Ainsa por ser de sobra conocida y estar atestada de turistas. Pero como el hambre comienza a apretar, decidimos parar en el Grado, en una terraza la mar de agradable donde reponemos fuerzas y disfrutamos de una cerveza bien fresquita. Aprovechamos la parada para respotar y poner rumbo hacia casa. Decidimos ir por la A-133 hasta llegar a Albalate de Cinca, para descender el curso del río que da apellido a la mayoría de las localidades de su orilla.

En Mequinenza haremos la última parada que servirá como despedida para hacer balance de la semana vivida y comenzar a tantear lo que será la nueva aventura que se gestará durante el invierno y que haremos efectiva nuevamente en verano.