martes, 12 de julio de 2016

Ruta Cevennes (II)

Despertamos nuestro segundo día de ruta en Carcassonne. Nos levantamos y preparamos las motos decidiendo desayunar en ruta, pues en los alrededores del hotel no encontramos ninguna cafetería abierta. Y justo al salir de la ciudad, en la zona comercial periférica, descubrimos una típica croissantería francesa a la que no podemos resistirnos, así que parada y a reponer fuerzas. Café con leche y croissant que saben a gloria.

Ahora ya si iniciamos la ruta del día que ha de llevarnos hasta Alés. El primer tramo por la D620 es llano y con pocas curvas. A esas horas de la mañana no hay mucho tráfico, así que avanzamos a buen ritmo. Todo cambia al llegar a Caunes-Minervoi, donde tomamos la D115 y comienzan las curvas y los paisajes más agrestes. Llegamos por diversas carreteras secundarias hasta Courniou. Muchas de ellas sin señalización horizontal, pero pobladas de curvas y con unas laderas de hayedos y pinares magníficos. El tiempo se comporta y, aunque asoma alguna nube que cubre el sol, la temperatura es buena y junto con que la velocidad tampoco puede ser alta, no tenemos sensación de frío.

Camino de Ganges


Seguimos avanzando por carreteras divertidas hasta llegar a Olargues, donde todo comienza a rezumar civilización, rotondas, polígonos industriales y zonas comerciales. Todo ello con un aumento considerable de la densidad del tráfico. Enfilamos la D32 que nos llevará hasta Quissac, última población grande antes de llegar a nuestro destino de la jornada. El cielo está totalmente cubierto y cada vez se pone más negro. No sé si hoy nos libraremos de los chubasqueros...

Zonas Comerciales
Por estas carreteras abundan más las rectas que las curvas, aunque el tráfico vuelve a ser muy escaso, por lo que rodamos con tranquilidad y a buen ritmo. A medida que nos acercamos a Ales las montañas van apareciendo en el horizonte, lo que comienza a alegrarnos gratamente. El final de la jornada nos deja muy buen sabor de boca al atravesar por la D45, una bonita carretera de media montaña con un firme correcto y muchas curvas entre bosques de monte bajo, alcornocales y tierras de labranza. 

Rectas inmensas

Nos cruzamos con algún motorista

Llegamos sin más novedad a Alés y sin llegar a utilizar los chubasqueros, aunque en el último tramo nos han caído unas gotas amenazantes. Nos alojamos en el Hotel Durand, cerca de la estación de tren de Alés. La recepción no abre hasta las 16:00, así que toca esperar en el bar que hay enfrente de la estación con una cerveza mas que merecida. Ducha y a dar un paseo por el pueblo para conocerlo y buscar un buen sitio donde reponer fuerzas. Así descubrimos el club naútico donde realizar esquí acuático mecanizado, la discreta catedral de San Juan Bautista y decenas de calles comerciales y pequeños restaurantes que nos hacen pensar en el carácter turístico de esta coqueta ciudad.

Atravesando el pueblo de Viols le Fort
Aparecen las montañas en la lejanía

Curvas para acabar las jornadas

Llegando a Alés











Mientras degustamos un plato de buey crudo muy bien aliñado con docenas de especias y acompañado con una gigantesca ensalada en el bonito restaurante L'atelier de Marie situado en el agradable paseo fluvial de la ciudad, toca hacer balance de los dos días que llevamos sobre la moto. Estas dos primeras etapas han sido de transición, con algunas zonas interesantes para atravesar en moto y otras no tanto pero necesarias para comenzar lo que prometen ser dos días espectaculares por el P.N Cevennes y Gargantas del Tarn.


Esquí acuático en el Gardon d'Ales

Catedral de San Juan Bautista

Magnífica ensalada

Carne de buey


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