Nacimiento del Tajo |
Día 1: Llegada al inicio de ruta (Terriente)
El punto de partida será el camping Algarbe, en las cercanías de Albarracín. Llegar hasta él no es fácil y el acceso se hace por una pista asfaltada que después de la enorme tormenta del día anterior se encuentra llena de barro, ramas y piedras. El paisaje que nos rodea es el típico de estas duras tierras turolenses, poca vegetación, mucha piedra y escasos desniveles. Pero cuando por fin llegas al camping, te encuentras con un lugar paradisíaco, rodeado de pinos, de los que merece la pena visitar y disfrutar.
Llego con la luz del sol ya muy escasa, así que tengo el tiempo justo de montar la tienda, darme una ducha, preparar una frugal cena y a dormir revisando antes la ruta del día siguiente.
Día 2: Terriente - Toledo
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Pero hasta llegar aquí quedaba un pequeño periplo. Después de pasar Albarracín, me salto el cruce de Royuela, por lo que llego hasta Frías de Albarracín (destino que visitaría al día siguiente) pasando por Calomarde en una carretera llena de curvas, así que toca coger una pista asfaltada que me indica un lugareño, atravesar el pueblo con el curioso nombre de Moscardón y antes de llegar a Terriente tomar una pista hasta el camping.Llego con la luz del sol ya muy escasa, así que tengo el tiempo justo de montar la tienda, darme una ducha, preparar una frugal cena y a dormir revisando antes la ruta del día siguiente.
Camping Algarbe (Terriente) |
Día 2: Terriente - Toledo
Amanece un día frío y húmedo. La moto está completamente cubierta de rocío. Aún no da el sol en la pradera que ocupa el camping, así que voy a asearme y hacer tiempo para que los primeros rayos de sol que asomen entre los montes calienten y sequen la tienda y la moto. No hay nada más desagradable que guardar la tienda de campaña mojada.
Tomo algo rápido de mis provisiones para desayunar con la idea de parar cuando lleve algunos kilómetros a tomar un café caliente. Preparo el equipaje y salgo por el mismo camino que traje desde Frías de Albarracín la tarde de ayer, volviendo a pasar por Moscardón. En pocos kilómetros por la A-1704 se llega al nacimiento del río Tajo. Se encuentra justo en la confluencia de Castilla la Mancha y Aragón. Y son cuatro las estatuas que nos reciben y que representan: la estatua más grande es la personificación del río y las otras tres son los símbolos de las provincias de Teruel, el toro con la estrella, Cuenca, el cáliz y Guadalajara, el caballero. Parece mentira que lo que aquí contemplo ahora y que no es más que un pequeño riachuelo de aguas limpias, se convierta en la inmensidad de agua que descubriré kilómetros más adelante. Sin duda, es la magia de viajar.
Nacimiento del Tajo |
Una vez hechas las fotos correspondientes, seguimos camino atravesando una carretera preciosa CU-V-9161 que discurre entre tupidos pinares donde se puede escuchar el silencio. Llegamos a Tragacete para poco después contemplar un nuevo nacimiento de río, en este caso el del río Cuervo.
Seguimos dirección norte con el Tajo a nuestra derecha. En el desvío que nos conduce a Peralejos de las Truchas encontramos una carretera totalmente rota y con mucha gravilla suelta. Toca aminorar la marcha. El tramo en mal estado se prolonga mucho más allá de Peralejos, agravado por zonas de obras donde directamente lo único que hay para transitar es tierra. Este tramo se me hace muy pesado y pensando constantemente donde estará el final de este infierno semiasfaltado. Aunque los enormes farallones que jalonan la carretera con el incipiente río Tajo al fondo entretienen la penosa marcha.
Finalmente pasado Terzaga el asfalto mejora considerablemente y podemos avanzar con más brío. Cambiamos ahora de rumbo hacia el sudoeste por la CM-210 para atravesar Taravilla y adentrarnos en el Parque Natural del Alto Tajo. En Taravilla, y después de una breve visita al pequeño pueblo de Baños de Tajo, tomamos el deseado café en el restaurante La Laguna.
Nos pegamos completamente al río Tajo durante un breve trayecto para después separarnos en Poveda de la Sierra. Llegamos a Peñalén. Desde aquí vamos a Villanueva de Alcorcón y Peralveche, donde nos encaminamos de nuevo al encuentro del Tajo. Aunque antes pasaremos justo al lado de las Tetas de Viana, monumento natural formado por dos montañas gemelas de alturas 1143 y 1144 mts cada una. Siguiendo por esta carretera es posible divisar brevemente la central nuclear de Trillo, que yace callada a los pies del Tajo.
En Chillarón del Rey volvemos a encontrarnos frente al río Tajo, aunque en esta ocasión en forma del embalse de Entrepeñas. Estos parajes también son muy hermosos y agradables de transitar en moto. Entre curvas y muy buen firme la N-204 nos lleva hasta Sacedón. Continuamos ahora muy pegados al río, como demuestran los topónimos de las poblaciones que atravesamos: Brea de Tajo, Fuentidueña de Tajo, Villamanrique de Tajo y aunque Colmenar de Oreja se sale de a norma, Balcón del Tajo nos aclara de nuevo donde estamos.
A estas horas de la siesta, el calor cae a plomo y el traje de moto se hace muy agobiante. De esta guisa entro en Aranjuez y, como aún es pronto para parar, cambio de planes y en vez de pernoctar aquí iré hasta Toledo. Aunque la entrada en Aranjuez resulta preciosa, pronto el tráfico, el calor y que me pierdo por el centro, convierte la travesía en un auténtico infierno. Me prometo volver con más calma para remediar el mal sabor de boca que me llevo de la ciudad.
La N-400 que discurre pegada a la margen izquierda del río Tajo me lleva sin sobresaltos hasta Toledo. Bordeo la ciudad para detenerme en el mirador del Valle y contemplar un Toledo de postal.
Ya solo queda llegar hasta el camping El Greco, que estando donde estamos no podía tener otro nombre. Resulta un camping muy completo en instalaciones con un personal muy atento, pero con la impersonalidad y el bullicio de los campings de ciudad. Eso si, la cena en el restaurante fue de auténtico lujo.
Camping el Greco |
Cigarral del Ángel |
Con la tripa llena y contemplando el Tajo que fluye junto al camping, doy por concluida la jornada y me meto en la tienda pensando en lo que me esperará mañana.
Día 3: Toledo - Alcántara
Entre el ruido y el excesivo calor, la noche no ha sido nada agradable. Me he despertado mil veces y hasta he tenido pesadillas. Como es temprano apenas hay movimiento en el camping, así que desayuno en la tienda y me dispongo a recoger y emprender la marcha. Aprovechar las agradables horas de la mañana es fundamental con la ola de calor que tenemos encima.
Salgo por la CM-4000 en dirección a Talavera de la Reina. Atravesamos el Tajo en diversas ocasiones. Incluso me quedo con ganas de visitar Albareal de Tajo, pero la parada prevista es en Las Barrancas de Burujón, un enclave natural formado por unos cortados de tierra arcillosa excavados por el Tajo. Aquí se encuentra el embalse de Castrejón y es posible disfrutar de una senda ecológica que, según los carteles que vi, puede recorrerse en unos 45 minutos. Este paseo me lo apunto para una próxima ocasión.
Barrancas de Burujón |
Tengo que repostar así que paro en la primera gasolinera que encuentro en el pueblo de La Puebla de Montalbán. Con tan mala suerte que ha habido un apagón en la localidad, así que no pueden servir combustible. En fin, espero llegar a la próxima estación de servicio que se encuentra a unos 30 kilómetros en Cebolla.
Siguiendo por la CM-4000, atravesamos el Carpio de Tajo y Malpica de Tajo, llegando a Cebolla sin problemas y parando a repostar. Talavera se encuentra ya a tiro de piedra, la atravieso por el espectacular puente de Castilla La Mancha, que me evita pasar por el centro de la ciudad. Y será la N-502 la que me lleve a Belvís de la Jara para tomar el desvío y encaminarme hasta El Puente del Arzobispo.
Aquí el Tajo sirve de frontera entre Castilla la Mancha y Extremadura, y el nombre del pueblo se debe al puente que el arzobispo de Toledo, Don Pedro Tenorio, mando construir en el siglo XIV como punto de paso hacia el monasterio de Guadalupe, lo que confirió a la población una enorme importancia social y económica.
Puente del Arzobispo
El siguiente punto de interés que quiero visitar es el Templo de los Mármoles, junto al embalse de Valdecañas y al lado de la carretera Ex-118. Este es el único vestigio romano que queda de la antigua Augustóbriga, que dió origen a la población hoy inundada por el embalse denominada Talavera la Vieja o Talaverilla. El lugar es muy agradable y las vista espléndidas.
Templo de los Mármoles |
Embalse de Valdecañas al fondo |
Origen de Talavera la Vieja |
Y después de atravesar Navalmoral de la Mata, viene el plato fuerte del día: el Parque Nacional de Monfragüe. Entro en el parque a través de la finca La Herguijuela, que tiene la curiosa denominación de entidad singular de población. En ella encontramos una ganadería de toros bravos, un hotel rural y un alcornoque declarado árbol singular de Extremadura. Es puerta de entrada al parque desde el norte.
A partir de aquí encontramos una carretera estrecha con la velocidad limitada y con la prohibición de utilizar el claxon, silencio y tranquilidad, una naturaleza exuberante y unas vistas del río Tajo espectaculares. Paro en varios de los miradores que salpican el camino hasta llegar a Villareal de San Carlos, donde una EX-208 que se ciñe a los meandros del río me transporta entre curvas hasta Torrejón el Rubio. Es hora de tomar algo que el hambre comienza a hacer acto de presencia y en la posada del Arriero me detengo a almorzar y contemplar la tranquila vida de estos pueblos dedicados a dar servicio a los turistas ingentes que visitan el parque cada año.
La siguiente parada es en el hermoso pueblo de Garrovillas de Alconétar. He quedado aquí con mi hermano para comer juntos. Como llego pronto me da tiempo a dar un paseo por el pueblo y contemplar sus maravillas arquitectónicas. Destaca sobre todo su plaza Mayor, pero también destacan el castillo de Floripes (actualmente medio sumergido en el embalse de José María de Oriol), el puente de Alconétar, la hospedería del mismo nombre enclavada en un antiguo palacio del siglo XV y diversos edificios religiosos.
Hospedería de Alconétar |
Domingo Marcos Durán |
Plaza Moyor de Garrovillas |
Iglesia de San Pedro |
Después de la comida y una agradable sobremesa, toca llegar al destino de hoy a tan solo 30 minutos de Garrovillas. Y el destino no es otro que Alcántara.
Esta noche me voy a dar un capricho y he reservado habitación en la Hospedería Conventual de Alcántara, algo así como un parador pero gestionado por la Junta de Extremadura. El edificio es un antiguo convento del siglo XV. Dispone de unas magníficas instalaciones, incluida una piscina fantástica, pero sabiendo mantener detalles que dan un aire que recuerda lo que en su pasado fue. También es de destacar su excelente cocina y la exquisita atención de su personal.
Día 4: Alcántara - Presa de Cedillo
Hoy la noche ha sido reparadora. He dormido a pierna suelta. Casi me da pena abandonar la habitación. Y eso que me espera un desayuno buffet para quitar el hipo. Recojo el equipaje como cada mañana, cargo la moto y me dirijo a visitar el puente romano de Alcántara, el que ha hecho famosa en todo el mundo a la villa. Contrasta la enorme presa del embalse de que puede verse detrás del puente.
Puente Romano de Alcántara |
Presa del embalse de J. María Oriol al fondo |
Reposto la moto en la misma Alcántara y me dirijo dirección sur para seguir el tramo en el que el Tajo hace de frontera natural entre España y Portugal. La EX-117 que discurre paralela a la frontera me lleva hasta Membrío en las estribaciones de la Sierra de San Pedro y desde ahí la CC-126 me dirige entre encinas y suaves colinas al pueblo de Carbajo, pequeña población con enorme encanto y que hacía días que tenía ganas de visitar por motivos onomásticos.
Entrada a Carbajo |
Después de pasar Santiago de Alcántara me dirijo hacia Cedillo, última población extremeña antes de entrar en Portugal a través de la presa de Cedillo, solo abierta al paso de vehículos durante los fines de semana y en horario de 10 a 22 horas. Propiedad de Iberdrola, los vecinos de ambas márgenes del Tajo en esta comarca piden que sea abierto el paso sin restricciones de ningún tipo, aunque de momento sus quejas no han sido escuchadas. Parece ser que este es el único paso fronterizo privado de toda Europa.
La llegada hasta la presa es espectacular y atravesarla es como entrar en otro mundo. Ahora son los eucaliptos los que dominan el paisaje y comenzamos un revirado descenso que nos deja a los pies del río sobre la presa. A la derecha la presa de Cedillo, a la izquierda el cauce del Tajo. Cruzamos encandilados por todo lo que nos rodea y en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos en el país vecino.
Y en este mágico punto fronterizo, los caminos del Tajo y el mío se separan. Él sigue majestuoso hacia el oeste buscando el Océano Atlántico y yo pongo rumbo sur siguiendo el curso de su afluente el río Sever... Pero, como dicen en las películas, esto ya es otra historia.
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