Siguiendo el inspirador Camino del Cid que voy realizando poco a poco y cuando puedo y que recorre los sitios más señalados donde el Cid realizó sus conocidas hazañas dejando una huella indeleble en pueblos y caminos. En esta ocasión preparé la ruta para adentrarme por el sur de la provincia de Teruel y el Norte de Castellón. Durante muchos kilómetros el río Mijares sería mi compañero de fatigas, ofreciendo imágenes preciosas.
Comenzamos la ruta en la plaza de La Puebla de Valverde, donde destaca la hermosa portada manierista de su iglesia de Santa Emereciana, templo de estilo gótico iniciado en 1503. Es La Puebla un pueblo tranquilo y acogedor, ajeno por completo al trasiego incesante de vehículos que discurren por la cercana A-23 que une Zaragoza con Valencia.
Iglesia de Santa Emerenciana |
Paramos en Mora de Rubielos a sellar nuestro salvoconducto, con la mala suerte de que el responsable de la oficina de turismo se encuentra haciendo una visita. No paramos mucho más pues aún queda camino por delante.
Tenemos más suerte en la vecina Rubielos de Mora, donde sellamos y visitamos esta localidad convertida en villa en 1366 por Pedro IV el Ceremonioso. Entre sus grandes edificios hay que visitar la Iglesia de Santa María del siglo XVI y la casa consistorial de 1571. Pasear por sus calles es volver a los tiempos del Cid.
Pasando ahora ya a la CV-20 visitamos en primer lugar Puebla de Arenoso, donde nos sellarán el salvoconducto en su Ayuntamiento. Esta población enclavada en una gran roca sobre el embalse de Arenoso, parece ser que rindió tributo a Rodrigo Díaz. El castillo de Arenós del siglo XI destaca en todas las imágenes de la población. Comenzamos aquí a adentrarnos en el Espacio Natural del Alto Mijares.
Puebla de Arenoso |
Puebla de Arenoso con el embalse a sus pies |
Muy cerca de Montanejos se encuentra Cirat, donde también hemos de sellar el salvoconducto. Su sello rinde homenaje a la leyenda del Salto de la Novia. La oficina de turismo está enclavada en la torre de los Condes de Cirat, pero hoy se encuentra cerrada. Menos mal que en el ayuntamiento nos sellan sin problemas.
Seguimos por Torrechiva y Espadilla para acabar en la gran urbe de la zona, Onda. Pero antes de sellar el salvoconducto tengo que buscar una gasolinera para repostar. Su oficina de turismo se encuentra un poco escondida, aunque preguntando acabo llegando. La historia de Onda ha sido convulsa por la continuas luchas entre musulmanes y cristianos. Hay que visitar su castillo de las trescientas torres y es un buen lugar para pasear y tomar algo en sus bares.
Seguimos por Torrechiva y Espadilla para acabar en la gran urbe de la zona, Onda. Pero antes de sellar el salvoconducto tengo que buscar una gasolinera para repostar. Su oficina de turismo se encuentra un poco escondida, aunque preguntando acabo llegando. La historia de Onda ha sido convulsa por la continuas luchas entre musulmanes y cristianos. Hay que visitar su castillo de las trescientas torres y es un buen lugar para pasear y tomar algo en sus bares.
Le expulsasteis del reino, no tiene vuestro favor,
aunque está en tierra ajena, lo suyo lleva a mejor:
ha ganado Jérica y la que tiene Onda por nombre,
conquistó Almenara y Murviedro, que es mejor.
Versos 1325 y ss. del Cantar de Mío Cid
Tomamos ya dirección norte por la CV-191, que nos conduce a Ribesalbes y unas preciosas vistas del embalse de Sichar. Pasamos Alcora, que al tratarse de un nudo de comunicaciones no resulta sencillo atravesarlo y tomar la dirección correcta. Después de alguna duda la CV-190 y posteriormente la CV-165 nos encaminan hasta La Foya y Costur, incluídas ambas poblaciones en el Camino del Cid.
Ya sin abandonar la CV-165, pasamos Useras y llegamos a Adzeneta, donde nuevamente hemos de sellar el salvoconducto. Como su nombre ya nos indica, es una población de origen árabe. La población se haya rodeada de olivos y almendros, y dada su importancia para la economía de la población, su sello del Camino del Cid está dedicado a estos preciados productos.
Los almendros en flor |
Finalmente solo nos queda descender hasta Morella donde sellaremos el último sello del día. En él figura el acueducto del siglo XIV que se contempla als afueras. La localidad, que nunca pudo ser conquistada por el Cid, nos recibe con un sol ya ocultándose tras los montes y su impresionante castillo presidiendo todo el horizonte.
Es hora de descansar y, aunque nuestras hazañas no tienen comparación con las de Campeador, ni serán cantadas más allá de este humilde blog, el descanso será seguro merecido y la pitanza de la que daremos cuenta, también.
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