sábado, 28 de enero de 2017

Embalse de Mequinenza

La mañana se presentaba fría, pero el radiante sol que comenzaba a iluminar la ciudad invitaba a coger la moto y lanzarse a surcar carreteras llenas de curvas y vacías de tráfico. Y el destino elegido en esta ocasión que cumpliese esas premisas era el embalse de Mequinenza, situado en la localidad del mismo nombre, o también conocido como Mar de Aragón con una longitud de unos 110 km y más de 500 km de costas interiores, de ahí su sobrenombre.

Embalse desde el embarcadero
La presa que dio origen a este embalse se construyó en 1955, como resultado de un plan para el aprovechamiento hidroeléctrico del río Ebro, aunque no se embalsó hasta el año 1965 y comenzó a ser eléctricamente aprovechable en 1966.

En la actualidad es muy importante la actividad pesquera deportiva en el embalse, siendo reclamo para numerosos aficionados venidos de toda España e incluso del extranjero. Las especies más apreciadas aquí son el black-bass y el siluro, como especies depredadoras por excelencia y las más pacíficas y prolíficas carpa común y  el alburno. Mencionar así mismo la presencia del mejillón cebra que se ha constituido en una verdadera plaga.

Pero no todo son buenas noticias. Este embalse parece ser el responsable de la continua pérdida de terreno por parte del Delta del Ebro, pues los abundantes sedimentos que arrastraba el río se depositaban en el delta y lograban frenar el ímpetu de las aguas marinas. Pero estos sedimentos ahora quedan retenidos por el embalse. Se están llevando a cabo diversos estudios que aporten soluciones a tan grave problema.

Vista hacia el norte del embalse



A los mandos de Nuada




















Si damos la espalda al embalse podremos contemplar en lo alto de un cerro y dominando todo el horizonte el imponente castillo de Mequinenza. Este castillo, que en una configuración parecida a la actual data de los siglos XIV y XV, fue enclave estratégico desde tiempos inmemoriales, sirviendo de asentamiento incluso para culturas prerrománicas. Pero su configuración actual data de 1959, cuando el arquitecto Adolf Florensa lo acondicionó como residencia para los trabajadores la compañía Endesa, actual propietario del castillo a través de su fundación. Su visita es posible en la actualidad solicitando cita previa en la oficina de turismo de Mequinenza.
 
Castillo de Mequinenza


La vuelta desde Mequinenza la hacemos por la carretera autonómica A-1411 en dirección a Fayón y Maella. La carretera comienza con un tramo revirado y ascendente precioso, donde las curvas de 180º se van enlazando una detrás de otra y desde las que se van contemplando una vistas fantásticas. Finalmente llegamos a la parte alta donde todo se normaliza y comienza el tramo más llano y con campos cubiertos de almendros y labrados a ambos lados. La carretera no esta muy rota pero tampoco se encuentra en muy buen estado. Mejora considerablemente una vez pasado Fabara. Pero vuelve a estropearse al tomar el desvío por la A-1412 hacia Mazaleón. Sin embargo son carreteras poco transitadas, constituyendo el único peligro los vehículos agrícolas que trabajan en las fincas aledañas.


En Fabara es posible observar desde un mirador habilitado para ello un muladar o comedero de aves necrófagas. Pueden verse, entre otras, buitres, milanos, cuervos y alimochesTodos los martes y jueves a las 10 de la mañana se les abastece de comida, por lo que es el mejor momento para una visita que resulta espectacular.

Una vez pasado el pueblo de Mazaleón, enseguida salimos a la N-420 donde se puede avivar considerablemente el paso hasta llegar a nuestro destino. Por el camino atravesaremos el paso por Teruel del Meridiano de Greenwich, lo que no deja de ser una curiosidad interesante. En la N-420 se homenajea con un monumento instalado en una parca área de descanso.

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